Los últimos acontecimientos en la UC han generado gran discusión y actividad por parte de estudiantes y movimientos políticos, uno de estos es el famoso “Caso de sumario en teatro”.
A raíz de las discusiones que ha generado este caso respecto a qué es un sumario, cuáles son sus alcances y hasta dónde existe la libertad de expresión, todos vieron la necesidad de una reforma y nosotros como Sector no nos mantuvimos ajenos a ser partícipes de esta solución.
Tras haber analizado el proceso sumarial actual de nuestra universidad, acordamos que es inaceptable la asimetría que rige el proceso en cuanto a los tiempos, manejo de información e influencias que lo dominan y la precaria defensa que ofrece al alumno acusado. Dejando en nosotros la impresión de que consiste en un proceso oscuro, y por lo tanto necesita transparentarse.
Además, nos oponemos rotundamente al abuso de poder que puede cometerse a través de ellos, ya que permiten la expulsión de un estudiante cuya conducta no le pareció aceptable a una persona, pero sí parece aceptable para muchas otras. Sabemos bien que los Sumarios fueron redactados en plena dictadura, período donde la libertad fue dura y turbiamente reprimida y nos parece que el abuso de poder, que se puede cometer tan fácilmente en este proceso, son vestigios de una época indeseable.
Creemos que el futuro reglamento de los Sumarios debe permitir la libertad de expresión en un ambiente de respeto y reconocimiento de la diversidad, para que exista una buena convivencia ideológica en la UC. La necesidad de establecer límites perceptibles es fundamental, no podemos permitir que las causales de sumario sean conceptos tan vagos y arbitrarios como la “moral natural”. Como bien dice, Rosa Luxemburgo "La libertad es siempre libertad para el que piensa diferente". "Sin una libertad de prensa y una libertad de reunión ilimitadas, sin una lucha de opiniones libres, la vida vegeta y se marchita en todas las instituciones públicas, y la burocracia llega a ser el único elemento activo".
De este modo, queremos una libertad responsable donde se respete además de los valores de la iglesia católica, los valores de cada estudiante y, fuera de lo que cada uno dice, que sea más importante la forma en cómo uno lo dice, porque las cosas expresadas con respeto no son y nunca serán moralmente reprochables. Por lo demás, no podemos permitir que se juzgue el contenido de la expresión de un estudiante y que todavía se dejen impunes las acciones que buscan viciar y tergiversar la información, como son las mentiras y las manipulaciones de costumbre.
Entre las posibles sanciones creemos que deben incluirse, como alternativas a las ya existentes, las sanciones formativas o acciones reparatorias. Creemos que esta es una instancia de formación en la tolerancia y en el respeto, que los alumnos que incurren en estas faltas tengan la oportunidad de aprender y no simplemente ser eliminados de la institución, la institución debe velar por nuestra formación integral y no vengarse de aquellos que enfrentan sus valores. La idea es evolucionar la concepción de un proceso punitivo a uno educativo que sirva para construir universidad.
En estos momentos hay comisiones que están trabajando para elaborar una nueva propuesta, la cual estamos esperamos con ansias: ya tenemos nuestras ideas claras y son las que usaremos de marco teórico a la hora de evaluar, para así mejorar lo que viene y progresar juntos hacia un futuro de mayor justicia y tolerancia.
Sector Progresista,
Junio 2006.