War on Want ha visto un documento filtrado, intitulado “La estrategia de erosión de los almacenes 2005”, que delinea el modo en el que la dirección de Asda planifica la reducción drástica de las condiciones laborales. La dirección de Asda tiene intenciones de pasar por encima de esos derechos desdeñando los riesgos de oposición sindical y las violaciones sanitarias y de seguridad en las que pueda incurrir.
Los descansos durante el horario de trabajo se verán reducidos, los mecanismos para quejas serán eliminados y se debilitarán las condiciones en materia de salud y seguridad. El documento también propone eliminar el derecho a presentar quejas individuales al arbitraje externo. La dirección de Asda quiere incluir la "carga individual" a pesar de que su propia “evaluación de riesgos dice que se necesitan dos personas para realizar labores de carga”. Se instruye a los jefes de línea para que "prediquen con el ejemplo" y no se tomen todos los descansos que se toman sus colegas pagados por hora "a fin de desacreditar el consenso sobre los descansos".
No satisfechos con pagar a sus empleados salarios un 20% más bajos que el promedio de la industria, Wal-Mart trata de reducir costes mediante la violación rutinaria de los derechos de los trabajadores. Wal-Mart exige que los costes laborales se mantengan a menos de un 8% de las ventas de cada establecimiento Además, los gerentes deben reducir los costes laborales en sus tiendas un 0,2% por año. Esto lleva a los gerentes a sobreexplotar a sus empleados para poder cubrir las carencias crónicas de personal y a quebrantar la ley empleando a niños y a trabajadores inmigrantes indocumentados.
Una auditoria interna de 25.000 empleados en 128 establecimientos de Wal-Mart en EE.UU. demostró que se habían producido 1.371 delitos contra las leyes que regulan el trabajo infantil, incluyendo a menores que trabajaban demasiado tarde, demasiadas horas por día y durante horas de escuela. También descubrió 60.000 casos en los que se obligó a los empleados a trabajar durante los descansos y 16.000 en los que trabajaron durante la hora de la comida. El modelo de Wal-Mart se está convirtiendo rápidamente en la norma en la industria, ya que otras firmas recortan los salarios y prestaciones de sus empleados en un intento de competir con el gigante del comercio minorista.
Wal-Mart es vehementemente contrario a los sindicatos. Su política antisindical forma parte central de su obsesión por la reducción de costes al mínimo. Wal-Mart entrega a sus gerentes su inicua "Manual para gerentes, a fin de que se mantengan lejos de los sindicatos" que dice así: "Mantener al margen a los sindicatos es un compromiso a tiempo completo. A menos que la prevención de la sindicalización entre a formar parte de los objetivos y metas de la organización, la administración no podrá dedicar la atención y el esfuerzo permanentes que son necesarios”. Si surge alguna evidencia de actividad a favor de la sindicalización, se ordena a los gerentes que llamen de inmediato a la Línea Directa Sindical de Wal-Mart.
La capacidad de Wal-Mart para reducir precios en sus negocios minoristas se basa en su poder para bajar los salarios y deteriorar las condiciones de trabajo en las fábricas en las que se elaboran sus productos. En su calidad de corporación minorista más importante del mundo, Wal-Mart tiene un poder inmenso sobre los proveedores y lo utiliza para dictarlo todo, desde los precios, hasta los plazos fijos de entrega.
Incluso en los lugares donde los salarios están por los suelos, Wal-Mart insiste en que sus proveedores reduzcan aún más los precios. Qin, un trabajador industrial en China, explica: “En cuatro años no han aumentado los salarios”. Isabel Reyes, una obrera textil en Honduras, cuenta la misma historia: “Siempre hay una aceleración… Los objetivos aumentan continuamente, pero el salario sigue siendo el mismo”.
En agosto de 2002, Asda provocó una guerra de precios entre los minoristas de sector del plátano cuyas repercusiones siguen sufriendo la industria bananera y sus trabajadores en todo el mundo. Asda se centró específicamente a productos básicos, tales como la leche y los plátanos, como parte de su estrategia para establecerse como la cadena de supermercados con los precios más bajos de Gran Bretaña. Finalmente, los precios al consumidor bajaron un 25%. El exclusivo acuerdo de Asda con Del Monte, cerrado a lo que algunos expertos de la industria describen como un “precio ridículamente bajo”, significa que recibe suministros de plátanos cultivados y cosechados en las peores condiciones laborales y medioambientales del mundo. Los productores independientes con una protección laboral y medioambiental adecuada, como los de Costa Rica, ya no pueden vender a Asda y a otros supermercados británicos sin sufrir pérdidas.
War on Want anima a los empleados de Asda en Gran Bretaña a ponerse en contacto con GMB para informarse sobre sus derechos o fundar un sindicato. De modo más general, llamamos al gobierno de Gran Bretaña a apoyar un marco vinculante de responsabilidad corporativa, para regular las actividades de corporaciones como Wal-Mart.
En la economía global, las inmensas multinacionales son únicamente responsables ante sus accionistas. Si nos preocupan los derechos de los trabajadores en todo el mundo, hay que controlar a corporaciones como Wal-Mart y fortalecer los sindicatos.
Para más información, y para unirse a la campaña de War on Want para que se controle a las corporaciones globales, abra: waronwant.org/asda o envíe un correo electrónico a: jzacune@waronwant.org.