El mundo ha mirado esta elección con una dosis de asombro. Pero esta no es la primera vez, ni será la última, que los chilenos asombramos al mundo. Tras 17 años de dictadura, transitamos ejemplarmente a la democracia. Tras décadas de altibajos económicos, construimos una economía vibrante, que muchos quieren imitar.Los chilenos estamos orgullosos de lo que hemos logrado. Y vamos a seguir en ese camino. Vamos a asombrar al mundo una vez más. Demostraremos que una nación puede volverse más próspera sin perder su alma. Que se puede crear riqueza sin contaminar el aire que respiramos o el agua que bebemos. Que se puede estimular a los que emprenden y avanzan, pero al mismo tiempo auxiliar a los que se quedan atrás. Que se puede construir un país donde cabemos todos, mujeres y hombres, de la capital y regiones. Gente de todos los colores, credos y convicciones. Ese es el camino que vamos a recorrer juntos, amigos y amigas. Ese es el camino. ¡Gracias por elegirme para liderar a Chile en esta travesía!
Hoy me acompañan aquí mis hijos y mi madre. Ellos me han dado mucho. No hay cariño más fuerte que el cariño de una familia. Gracias por todo ese apoyo y afecto, especialmente en estos largos meses de campaña. Hay alguien que en este momento estaría muy orgulloso. Un hombre al que quisiera poder abrazar esta noche. Ese hombre es mi padre. Alberto Bachelet Martínez, general de la Fuerza Aérea de Chile. Heredé de él su amor por Chile y por todos los chilenos, sin distinciones. Su admiración por la naturaleza formidable de nuestro país. Su abnegado sentido del servicio publico. Su amor por el orden, su don de mando. Siento que de alguna manera inexplicable estoy cerca de él. Intuyo que todos los padres que están aquí, que todos los hombres que son padres y me escuchan, saben lo que es el amor y la lealtad de una hija.
En este momento también recuerdo los rostros y voces de tantas chilenas y chilenos con los que he compartido estos meses. Personas de esfuerzo, que trabajan de sol a sol. Una y otra vez me decían: “Creemos en usted, doctora”. Esa fe de tantas y tantos me hace sentir responsable y humilde. La fe en las personas ha sido el centro de mi vida y de mi trabajo. Sé que será el motor de ese nuevo Chile que construiremos entre todos.
Chilenas y chilenos, con la fuerza del amor de mi familia, con la fuerza del apoyo de ustedes, asumo la responsabilidad que los ciudadanos me han encomendado. Trabajaré incansablemente por nuestra nación. Tengo una agenda ambiciosa, que emprenderé el mismo día que entre a La Moneda. Son sólo cuatro años. No hay tiempo que perder. Las chilenas y chilenos merecen nuestro mejor esfuerzo. ¡Porque lo que está en juego es la risa de nuestros niños! ¡La tranquilidad de nuestras madres! ¡El bienestar de nuestros trabajadores! ¡La felicidad de nuestra gente! Hoy comenzamos un nuevo capítulo de nuestra historia republicana. Y me siento afortunada. Chile es afortunado. Porque comenzamos este capítulo en buen pie para enfrentar lo que viene. Porque recibo un país en marcha, pujante, optimista. Porque los chilenos agradecemos la gran obra del gobierno del Presidente Lagos.
A toda la gente que me recibió en sus casas. A todos los hombres y mujeres que me regalaron un abrazo y una sonrisa. A la gente de regiones, vaya mi saludo y compromiso. Amigas y amigos, a partir del 11 de marzo, Chile no sólo tendrá una Presidenta mujer. Será el comienzo de una nueva etapa. Una nueva etapa donde haremos que los logros de este país maravilloso entren al hogar de todos los chilenos. Porque quiero que mi gobierno sea recordado como el gobierno de todos y para todos. El nuestro es un país dinámico, con ganas de surgir. Cada vez más integrado al mundo. Un país de emprendedores que con su ingenio y creatividad crean prosperidad. Pero para atreverse a emprender e innovar, las chilenas y chilenos también deben saber que la sociedad en que viven los protege. Mi compromiso es que el año 2010 habremos consolidado un gran sistema de protección social. Un sistema que dé tranquilidad a los chilenos y sus familias. La tranquilidad de saber que tendrán un trabajo decente. La tranquilidad de saber que sus hijos podrán estudiar y desarrollarse. La tranquilidad de saber que una enfermedad no tirará por la borda años de esfuerzo. La tranquilidad de saber que tendrán una vejez digna. Eso aspiramos todos. Eso garantizará mi gobierno.
El 11 de marzo también marcará el comienzo de un nuevo estilo en la política nacional. Un estilo de gobierno dialogante, participativo. Fui la candidata de los ciudadanos. Ahora seré la Presidenta de los ciudadanos. Chile requiere una nueva política para una nueva ciudadanía, amigas y amigos. Porque el hecho de que sea yo la que esté aquí esta noche es símbolo del cambio que hemos vivido. Atrás quedaron muchos miedos y prejuicios. La sociedad chilena hoy es más abierta, más tolerante, más diversa. La gente no quiere sólo derecho a voto, sino también derecho a voz. Quiere ser escuchada. Quiere forjar su propio destino. En mi gobierno daremos cauce a esas ganas de participar. Forjaremos una gran alianza entre política y sociedad. Entre representantes y representados. La gente quiere la verdad. Estableceremos una relación franca y directa con los ciudadanos.
Mi compromiso como Presidenta de Chile será recorrer, junto a ustedes, un tramo más de esta gran alameda de libertad que hemos venido abriendo. Para mí es un privilegio poder servir a Chile en esta fértil y nueva primavera. Porque, mis queridos conciudadanos, en la democracia que hemos construido ustedes son los mandantes. Y yo, desde el 11 de marzo, soy su mandataria. Su primera mandataria. Gracias, amigas y amigos. ¡Gracias, Chile!